¡NOS MASTURBAMOS!


PRIMERA PARTE
(Escritor 1)



La verdad, es falso lo que se relata a continuación, pero eso importa poco.

Todo nació detrás de la cortina de humo que desprendía un largo cigarrillo que reposaba en su mano derecha. Su espalda se encorvaba sobre la silla más incómoda del salón. El rostro siempre se mantenía sereno. Él escondía, detrás de su media sonrisa, pensamientos de jazz – aja, de jazz – ideales de siglo XX. Le inquietaba el lacio cabello de una mujer pretenciosa que se mantenía alerta en la entrada del sitio. Examinaba su peinado.

Una de ellas llegó tarde. Poseía la mala costumbre de aparecer cuando el reloj se ha cansado de marcar los minutos para su próxima entrada. Apareció impecable, con su caminar alborotado, el cuerpo siempre virgen de vicios, esa sonrisa cómplice, el cabello suelto y la mirada luminosa. Como era de esperarse, hizo una brusca mueca antes de sentarse, sólo para que él supiera qué tanto le molestaba el olor del cigarro.

Sentían la alegría de reencontrar la amistad que se congela en el tiempo. Tenían tanto por contarse y escribir, que tropezaban las palabras creando interferencia. Minutos más tarde, llegó la última de las citadas. Mirada profunda, maquillaje oscuro y vestimenta irreverente que sirvieron de presentación para los mirones. Finalmente, los tres.


Él: (entusiasta) Sexo y sólo sexo. Ando erótico en pensamientos.

Ella A: (sonriendo) Muy bien. No sabía que sería tan buena nuestra conversa (sacude la mano alejando el humo)

Ella B: (irónica) Dicen que hablar de sexo es como tocarse el espíritu.

Él: Masturbémonos, entonces.

Ella A: “Nos Masturbamos”. ¡Ése debe ser el nombre de nuestra WEB conjunta!

Él: ¿Ustedes se masturban?

Ella B: Es probable.

Ella A: Escribir es un acto sexual exquisito. Leer es un sueño mojado. Pero escribir… jum… eso es un toqueteo íntimo.

Ella B: Ja, ja, ja, ja. Observo que es momento de ir ordenando un trago.

Él: Que sean tres. Me importa un carajo que una de ustedes no tome.

Ella A: ¡Cuánto carácter!

Ella B: Pero, yo no pretendo escribir sólo de sexo. No quiero que nadie se acaricie leyéndome.

Ella A: Eso me importa muy poco. Imaginarán que he escrito con una mano sobre el teclado y la otra oprimiéndome el clítoris. Si logro eso, tendrá sentido el esfuerzo.

Ella B: ¡Increíble! Nunca te había escuchado hablar así. Mirad quién se esconde detrás de unos anteojos, mija.

Él: Ay, no has escuchado nada. En confianza, querida, todo flota.

Ella B: El mojón, por ejemplo.

Ella A: Asco. Hablemos de sexo, no de desechos.

Él: Estoy emocionado. Nunca he escrito sobre sexo. Soy virgen, en ese sentido.

Ella A: Mejor aún.

Ella B: Tres vírgenes con mucho por experimentar.

Ella A: Suena hasta tierno todo esto: El trío de tontos.

Él: Me gusta la idea de un trío.

Ella B: Ménage à trois.

Él: ¿Por qué coño será que en francés suena más rico?

Ella A: Sí, en francés… (suspiro)… Me dio hambre.

Ella B: Hay mujeres a las que el acto sexual les activa el hambre.

Ella A: Yo creo que, más bien, el hambre me produce antojo sexual. Comer chocolate y luego hacer el amor.

Él: Ja, ja, ja, ja. ¡Las cosas que dices! Sin siquiera estar tomando.

Ella B: Entonces, que no tome.

Él: Sólo por hoy, hablemos hasta asquearnos.

Ella B: Como el hombre que eyacula y acto seguido, desea mantenerse lejos de la recién cogida, como a 10 metros de distancia.

Ella A: ¡Qué triste!

Ella B: Es lamentable lo que puede llegar a hacer un pene cansado.


..... Continúa escritor 2

***Escritor 1: Vero.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sigan conversando

Anónimo dijo...

lo bueno de leer es conocer a quienes escriben a través de sus letras, mi próxima prueba de admisión de trabajo o pareja:
Pana, escribe un blog!